Lecciones de Schrödinger sobre la vida, el caos y la ética aplicadas al mundo comercial

Vender y vivir no son tan distintos: ambos requieren orden, eficiencia y una ética que guíe las decisiones en medio del caos

En su libro ¿Qué es la vida?, el físico cuántico Erwin Schrödinger exploró uno de los mayores misterios de la existencia: cómo los organismos vivos logran mantener el orden frente a la tendencia natural del universo al caos. En términos termodinámicos, la vida es un esfuerzo constante por resistir la entropía, el desorden que lo devora todo.

Este principio, aunque nacido en el ámbito de la biofísica, resuena poderosamente en el mundo comercial. Las empresas, como los organismos vivos, operan en entornos inestables, caóticos, impredecibles. Pero las que sobreviven —y prosperan— son aquellas que logran mantener un orden interno claro, una estrategia sólida y una cultura organizacional coherente. La estrategia comercial es, en definitiva, una forma de orden frente al caos del mercado.

Aquí hay una lección directa: ¿qué tan eficientes somos como organización? ¿Cuánto desperdicio hay en nuestros procesos, en nuestras decisiones, en la forma en que tratamos la información o el talento?

La eficiencia no se trata solo de hacer más con menos; se trata de transformar recursos en valor. Y en ese sentido, el marketing y las ventas no son simplemente mecanismos de conversión, sino sistemas vivos que deben optimizar el flujo de energía: desde la captación de atención hasta la fidelización del cliente.

Influido por Spinoza, Schrödinger defendía una visión determinista de la vida. Pero esa idea abre otra puerta: si todo está determinado por un orden biológico, ¿qué espacio queda para la decisión ética? En el mundo comercial, esta pregunta no es menor. Vivimos en una época donde los algoritmos, las métricas y los procedimientos automatizados nos empujan hacia la eficiencia… pero no necesariamente hacia lo correcto.

Vender no debería ser una forma de manipular, sino de comunicar con integridad. La ética, entonces, es el “software” que nos permite navegar entre lo necesario y lo posible. Es la conciencia que convierte la venta en algo más humano, más sostenible, más conectado con lo que somos.

Conclusión:

La vida, dice Schrödinger, es orden que resiste al caos. Vender y vivir no son tan distintos: ambas actividades exigen orden, eficiencia y propósito. Y, en última instancia, ambas nos desafían a mantenernos íntegros en un entorno que tiende —como el universo— al desorden.

Nota: Schrödinger también se hizo célebre por su famoso experimento mental del “gato de Schrödinger”, que ilustra la paradoja cuántica de un estado simultáneo de vida y muerte, hasta que un observador interviene.